domingo, 19 de febrero de 2012

Llamadas a Servir

Hermanas que sirven como misioneras regulares.



    "He aquí, os envié para testificar y amonestar al pueblo, y conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo. Por tanto, quedan sin excusa, y sus pecados descansan sobre su propia cabeza. El que temprano me busca, me hallará, y no será abandonado. Permaneced, pues, y trabajad diligentemente, para que seáis perfeccionados en vuestro ministerio de ir entre los gentiles por última vez, cuantos la boca del Señor llame, para atar la ley y sellar el testimonio, y preparar a los santos para la hora del juicio que ha de venir; a fin de que sus almas escapen de la ira de Dios, la abominación desoladora que espera a los malvados, tanto en este mundo como en el venidero." (Doctrina y Convenios 88:81-85)
         Cualquiera de nosotros podría escribir este y cientos de artículos en cuanto a la maravillosa bendición de tener la Obra Misional en La Iglesia. De hecho, muchos de nosotros (sino todos) estamos conectados de una u otra forma a ella. Si no fuera por la predicación del evangelio que se está llevando a cabo desde la Restauración, no nos sería posible gozar de las bendiciones de la expiación de Cristo ni de todas las demás bendiciones que ésta trae a las familias del mundo, y en especial a cada individuo.
     Es por medio del servicio íntegro de muchas personas que el mundo puede tener acceso a las herramientas para volver de regreso a la presencia de Dios y Jesucristo.
     En la última Conferencia General de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llevada a cabo en Octubre de 2011 el Élder Jeffrey Roy Holland recalcó el mandamiento dado a los jóvenes del Sacerdocio de Aarón con las siguientes palabras:
"Hermanos, les hablamos con intrepidez porque la sutileza no parece funcionar. Hablamos con intrepidez porque Satanás es un ser real empeñado en destruirlos y ustedes enfrentan su influencia a una edad cada vez menor. De modo que, los tomamos de la solapa y les gritamos con todas nuestras fuerzas:
Ya empieza la batalla con gran clamor.
¡Firmes marchad! ¡Firmes marchad!.
Mis jóvenes amigos, necesitamos decenas de millares de misioneros más en los meses y los años venideros. Deben provenir de un mayor número de jóvenes del Sacerdocio Aarónico que hayan sido ordenados y que sean activos, puros y dignos de servir."
  Además habló a los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec:
"Ahora ustedes, hermanos del Sacerdocio de Melquisedec, no sonrían y se sienten cómodamente en sus asientos. No he terminado. Necesitamos miles de matrimonios más en las misiones de la Iglesia. Todo presidente de misión los pide. Dondequiera que prestan servicio, los matrimonios aportan a la obra una madurez que no pueden brindar los jóvenes de 19 años, por más excelentes que sean."
   Con estas palabras se deja en claro el mandamiento (y a la vez gran privilegio) de servir en una misión regular de tiempo completo. 
   Nuestro amado profeta enseñó:
“Repito lo que los profetas han enseñado por mucho tiempo: que todo joven digno y capaz debe prepararse para servir en una misión. El servicio misional es un deber del sacerdocio, una obligación que el Señor espera de nosotros a quienes se nos ha dado tanto” (“Al encontrarnos reunidos de nuevo”, Liahona, noviembre 2010, pág. 5).
  Es una gran bendición y privilegio que el Sacerdocio tiene de prestar servicio en una misión regular, y como dijo el Presidente Monson es una "obligación"... pero muy poco se dice con respecto a las hermanas. ¿Qué hay de ellas? si bien NO es mandamiento para nuestras amadas hermanas de la iglesia salir a una misión, muchas deciden salir, lo cual es muy notable. Ellas son un ejemplo para La Iglesia, son almas fuertes que dejan atrás sus propias ocupaciones por predicar el evangelio del Salvador. Son mujeres fieles dispuestas a regalar su preciado tiempo por la obra para dar a conocer a "quienes permanecen en tinieblas", para enseñar con el mismo ímpetu que los jóvenes élderes.
  Y, aunque muchos de nosotros estamos grandemente agradecido a nuestras queridas misioneras por el servicio que brindan, es necesario mencionar que hay otro número de jovencitas dispuestas a servir que muchas veces (lamentablemente) no cuentan con el apoyo de sus padres, ni de sus amigos(as), y peor aún, no cuentan con el apoyo de sus propios líderes locales. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué a veces son los propios líderes que frenan y apagan los deseos de estas humildes jóvenes de prestar este servicio regular? 
   Estoy seguro que varios de ustedes al leer este artículo pueden recordar alguna de las jóvenes a las que me refiero. Incluso personalmente he oído a líderes aconsejar a las jóvenes que tal o cuál joven llegará pronto de la misión, así que su tarea es prepararse para ese joven, en vez de servir una misión. También se les ha dicho que deben sólo prepararse para el matrimonio y para la maternidad. Es cierto que en la Organización de las Mujeres Jóvenes se hace hincapié en la virtud que debe tener una futura esposa y madre digna, pero el que no se mencione explícitamente la importancia del Servicio Misional NO significa que se les debe desanimar, al contrario... Aquellas jóvenes que tengan deseos de salir al campo misional ¡Háganlo! ¡Es una oportunidad única que siempre recordarán! Servir una misión les preparará para ser madres y esposas dignas. Les ayudará a ver la importancia del "compañerismo" en el matrimonio. Y como dijo el Presidente Gordon B. Hinckley 
 "Será bendecido(a) cada día de su vida por haber servido una misión"
  Espero puedan dejar sus puntos de vista en los comentarios, sus apreciaciones y sus testimonios para fortalecernos en este punto.

  Personalmente conocí a excelentes Hermanas Misioneras en mi misión las cuales trabajaron con ahínco en la viña, e incluso, muchas de ellas decidieron salir aún cuando no se les requería vía mandamiento. Lo hicieron por amor al Señor. Porque tenían el deseo y obraron según sus propios deseos. 


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